domingo, 3 de mayo de 2020

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ROBO PEQUEÑO, PENA GRANDE

Alberto* entró a uno de los supermercados de la ciudad y comenzó a mirar la mercancía de una sección y ot

Lentamente observaba los productos y de vez en cuando miraba para un lado y otro. Esta fue la actitud que lo hizo sospechoso ante los servicios de seguridad del almacén.

 

Alberto llevaba media hora dentro del almacén y por su cabeza no pasaba que era observado de cerca por una persona de seguridad vestido de civil y por una de las tantas cámaras del circuito cerrado de televisión.

 

En un momento, dirigió su vista para todos lados y en cuestión de segundos guardó gran parte de drogas y preservativos en una bolsa del mismo almacén, la cual llevaba guardada en uno de sus bolsillos. Para despistar, duró más de dos horas caminando por el almacén pero no sabía que todos sus movimientos eran seguidos por una cámara de las 10 que tiene el circuito cerrado de televisión.

 

Finalmente pasó por las cajas registradoras y canceló unas hojillas de afeitar y cuando se disponía a dejar el almacén fue abordado por los servicios de seguridad del supermercado.

 

Alberto fue llevado a una sala interior en donde fue requisado. Le descubrieron que la mercancía que pretendía hurtar tenía un valor superior a los 50 mil pesos.

 

Después de ser reseñado y filmado por las cámaras del almacén, fue llevado al permanente central y le fue instaurada una demanda en su contra.

 

Desde hace 4 días está en la cárcel esperando a que el juez decida su suerte y rogando para que el supermercado acepte una conciliación en la cual tiene que pagar el monto de lo que intentó robarse, pero también está expuesto a pagar de seis meses a un año por intentar hurtar.

 

La verdad es que la gente todavía no sabe las consecuencias que le puede traer el simple hecho de robarse una botella de licor, una cajetilla de cigarrillos o un lapicero por un valor de 2 mil pesos.

 

Nosotros podemos hacer que una persona pague seis meses de cárcel por el simple hecho de robarse un paquete de cigarrillos , aseguró Wilson Guana, jefe de seguridad de uno de los supermercados de la ciudad.

 

Cuando son cuantías menores, en la mayoría de los casos se opta por la conciliación. Proceso en el cual el supermercado exige que le sea cancelado el monto del hurto, pero de todas maneras el infractor puede permanecer hasta diez días en la cárcel y queda con antecedentes penales.

 

Cuando la persona es reincidente, lo cual ocurre muchas veces, el supermercado no accede a la figura de la conciliación y los infractores pagan su condena.

 

Wilson Guana asegura que actualmente hay más de 40 personas en la cárcel por los robos cometidos solamente en ese supermercado.

 

Por su parte el abogado Fernando Jaramillo Forero afirmó que intentar robar cualquier producto está catalogado como hurto simple.

 

Hurto simple es cuando el monto del delito no excede los 10 salarios mínimos legales vigentes y tiene una pena de 6 a 12 meses de cárcel , agregó Jaramillo Forero.

 

El abogado también recalcó que cuando a una persona se le comprueba la flagrancia, la detención es inmediata y sin derecho a apelación, es decir, va directo a la cárcel mientras comienza la investigación.

 

Otro de los casos que ocurren con mucha frecuencia es el de las mujeres que utilizan un menor de edad para realizar sus fechorías o están en embarazo.

 

Cuando utilizan un niño, las mujeres les dan los objetos robados al menor, muchas veces ellas van a la cárcel y el Bienestar Familiar les quita al infante.

 

En el segundo caso, el estado de gravidez, las mujeres son enviadas a la cárcel y después de tener el bebe, estos quedan bajo custodia del Bienestar Familiar.

 

*El nombre es ficticio Modalidades de robos Wilson Guana, jefe de seguridad del almacén LEY y quien ha prestado la asesoría al Optimo afirma que las modalidades de robo y el perfil de las personas que los cometen son muy variados.

 

Guana explica que las modalidades de robo más frecuentes es cuando las personas llevan al supermercado una bolsa del almacén o una bolsa negra. Incluso traen hasta la cosedora para sellar las bolsas después de haberlas llenado de mercancía .

 

Otro muy común es el de las mujeres que fingen embarazos y llenan las fajas de productos. En temporada escolar, el robo aumenta porque los estudiantes tienden a llevarse artículos dentro de los morrales. Ultimamente han aumentado los casos de los cascos de motos. La gente tiende a guardas cosas dentro de ellos , añadió el jefe de seguridad.

 

Para Wilson Guana lo más preocupante es la existencia de bandas dedicadas exclusivamente al robar supermercados. Subrayó que ya han agarrado varias bandas de los barrios Industrial, San José y Ciudad Porfía.

 

Reveló que son agrupaciones de cinco o seis personas que ya han sido capturadas y han estado en la cárcel pero a los seis meses aparecen robando otra vez y entonces se optó por no dejarlos entrar al almacén. Hay personas que ya las conocemos. Sabemos qué les gusta robar, cuáles son los métodos y desde que llegan al parqueadero ya las tenemos fichadas , indicó el jefe de seguridad.

 

También sostuvo que lo que más intentan robar es ropa interior, cosméticos, lubricantes para vehículos, cápsulas rejuvenecedoras para las mujeres, drogas en general y, durante la temporada escolar, colores.

 

Así mismo manifestó que durante un mes se presentan un promedio de 270 casos de hurto, es decir, nueve diarios y que las que mayor lo intentan hacer son las mujeres.

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